martes, 29 de mayo de 2012

Destinos Reencarnados



CAPITULO I


     Tary se masajeó las sienes por enésima vez esa mañana, el calor se hacía cada vez más insoportable a medida que avanzaban las horas. Con cansancio arrastró su maleta de viaje por el pasillo de desembarque y, se apresuró a la salida del Aeropuerto Internacional de Luxor
     Sin contar el edificio donde se encontraba, todo a su alrededor eran construcciones viejas, polvo y una actividad ensordecedora. Una londinense como ella con el clima de este lugar simplemente no cuadraba, la tez blanca de su cuerpo se estaba oscureciendo por momentos, sus ojos negros como el ónix yacían escondidos detrás de gigantescas gafas de sol y su pelo azabache estaba húmedo y pegado a su cráneo bajo el sombrero, eso sin contar el constante sudor que agobiaba su cuerpo desde el cráneo hasta los pies. A pocos pasos divisó una calesa y sin esperar abordó el pequeño transporte para trasladarse al hotel. La labor que tenía pensado hacer esta noche necesitaría todas sus energías y ameritaba descansar, después de dar las indicaciones al conductor este se puso en marcha.
         La calle principal Sharia al-Karnak en la Ciudad de Luxor era toda una distracción para ver, a medida que avanzaba el vehículo podía mirar alguno que otro colegio y un par de iglesias coptas; además, en las  calles que pasaban unas más estrechas que otras, se observaban las personas realizando actividades de su vida normal comprando, bebiendo té o fumando en cachimbas; Tary se sentía casi una intrusa en este lugar, aún cuando la mitad de su sangre era egipcia se sentía como una pieza en el rompecabezas equivocado. La cotidianidad del momento le trajo a la memoria, su vida en Inglaterra y anexa a esta, los eventos de la semana anterior a su viaje; entre estos la muerte de su abuelo Phyros, quien ademas dejó en manos de Miller, el abogado de la familia una caja destinada a Tary. 
       El pequeño cofre de madera contenía una carta de puño y letra de Phyros, un mapa del templo de Luxor que enfocaba la estatua de Ramses II en la entrada; de acuerdo a la carta del abuelo, Tary debía hallar el tercer jeroglífico con el símbolo de Amón-Ra que estaría ubicado en el lado derecho de la figura del faraón, en realidad no solo era un símbolo, al presionarlo se suponía que debía aparecer una pequeña abertura y dentro de esta encontrar un segundo mapa con la ubicación de una caja en algún lugar del Valle de los Reyes. En esa caja se encontraban todos los secretos de su ancestral familia egipcia, su verdadera descendencia y su destino.
       Las últimas palabras escritas por su abuelo aún la dejaban intrigada: “ Tary, eres la consorte reencarnada del faraón llamado “el grande”. Hace un tiempo eterno, en los jeroglíficos de los muros de Abu Simbel se hizo un hechizo de amor que permitiría tu renacer y el de tu amado rey... Nacerías de nuevo, bajo la misma apariencia pero no con la misma alma; para obtenerla deberás pronunciar las palabras sagradas que en el Valle de los Reyes se esconden, y entonces podrás sentir en qué lugar del mundo late el corazón de tu amado. Cuando se pertenezcan de nuevo sus almas regresarán." .
            No podía ser cierto que ella fuera la persona que el abuelo decía, por Dios era simplemente una joven antropóloga, con un gato y una vida sencilla. Sus amigos solían decir que era aburrida hasta la medula; gracias a Dios que al abuelo no se le ocurrió hacer leer conjuntamente con el testamento su carta-bomba, de solo imaginar la cara de sus primas se moría de vergüenza. Todo el asunto de ser una “Reina” reencarnada era demasiado absurdo para creérselo; en un principio pensó en no hacer el viaje a Egipto, pues tal vez solo eran imaginaciones de un anciano moribundo; sin embargo, muchas cosas de su vida encajaban con lo que él decía en su carta, sus extraños sueños con ese hombre de cabello oscuro, esa sensación de vacío constante en el pecho y su falta de interés sexual a esta edad era preocupante, ¿no?, vamos ya contaba con veinticuatro años.
             Por otro lado, tener a alguien amándola a través del tiempo y la vida misma, era demasiado embriagador para que su corazón romántico dejara de vivir esta aventura. El solo saber que aún le faltaba su alma para estar completa la impulsaba a seguir , la guiaba una fuerza invisible y una determinación que la impulsaba a buscar una verdad desconocida, un amor místico, un corazón que espera solo por ella. ¿Podría su vida tener sentido ahora? ¿Lograría encontrar todas sus respuestas? O todo era una mentira.
          La sacudida de la calesa trajo a Tary de regreso a la realidad, pagó sin falta al conductor del transporte y con paso decidido se dirigió a las puertas del lobby del Hotel Sofitel Winter Palace de Luxor .




3 comentarios:

  1. Hey, preciosa. Me ha encantado este primer capítulo. Me encanta esto de Egipto. Es bastante innovador y diferente. Se nota que eres una escritora innata. Espero ansiosa el segundo capítulo. ;)

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  3. A la espera quedo, ánimo y a seguir.
    Besos!!

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